sábado, 9 de febrero de 2008

Propostas de febreiro

Aquí están as novas propostas de lectura do club LICHES ESTE? para este mes de febreiro. Estades convidados a aportar as vosas opinións premendo na palabra comentarios que aparece ao final desta entrada.

Sandor Marai, El último encuentro, ed. Salamandra, 1999.

SINOPSE:

Un Xeneral ancián vive apartado no seu castelo. Un día recibe comunicación de que Konrad, un vello amigo, regresou á patria, de modo que envía unha comunicación para invitalo a cear. É o punto de partida a unha serie de recordos de toda unha vida: os pais do xeneral, a súa infancia, a súa amizade en apariencia inquebrantable con Konräd... Pero a medida que se acerca a hora do esperado encontro, descúbrese que a planificada cea é, sobre todo, o fin dunha espera, o colofón a unha venganza. Cando os dous anciáns se sitúan fronte a fronte, o xeneral expón un cúmulo de sentimentos e reflexións, rumiadas ao longo de corenta e un anos, dende que o que fora o su amigo fuxira polo que se vai dibuxando como unha dolorosa traizón.

O AUTOR: SÁNDOR MÁRAI

Naceu no ano 1900 en Kassa, unha pequena cidade húngara que hoxe pertence a Eslovaquia. Pasou un período de exilio voluntario en Alemaña e Francia durante o réxime de Horthy nos anos 20, ata que, en 1948, coa chegada do réxime comunista, abandonou definitivamente o seu país e emigrou a Estados Unidos. A subseguinte prohibición da súa obra en Hungría fixo caer no olvido a quen nese momento estaba considerado como un dos escritores máis importantes da literatura centroeuropea. Así, habería que esperar varios decenios, ata o ocaso do comunismo, para que este extraordinario escritor fose redescuberto no seu país e no mundo enteiro. Sándor Márai quitouse a vida en 1989 en San Diego, California, poucos meses antes da caída do muro de Berlín. Existen edicións en castelán das súas obras Música en Florencia, El último encuentro, La herencia de Eszter, Divorcio en Buda y La amante de Bolzano.

ALGUNHAS OPINIÓNS DE LECTORES:

...salir de la librería cuando el dependiente me hizo prestar atención a una novela de un autor completamente desconocido para mí, Sandor Marai. Leí la contraportada para hacerme idea de qué me ofrecía y me decidí a comprarlo. Quizá haya sido una de las mejores compras de mi vida. Me lo leí en un solo día sin poder apartarme de la novela. Hacía mucho tiempo que no leía algo tan bueno, con un dominio del lenguaje, un conocimiento de los sentimientos humanos …

...de los sentimientos. Perfección en el desarrollo de la trama. Perfección en el uso de una prosa que consigue aunar concisión y belleza poética. El punto de partida es sencillo. Un triángulo amoroso situado en el Imperio austro-húngaro. No hay necesidad de hacer malabarismos argumentales; la belleza no lo requiere. Amor, desengaño, venganza, desesperación, dolor, amistad, muerte... Y mucho más. Si aún estais dudando sobre la conveniencia de leer...

Me regalaron el libro ayer y literalmente no lo pude soltar. Es una narración poderosa, en donde el espíritu humano se muestra tal como es, débil y fuerte, seguro y vulnerable, esperanzado y conforme, recio y tierno. Este autor realmente es uno de los mejores del siglo XX, y admirablemente ha sido redescubierto para fortuna de los lectores. La amistad tiene sus matices, pero cuando es intensa es uno de los motores de la vida o de la sobrevivencia, ...

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Teresa Moure, A xeira das árbores, ed. Sotelo Blanco, 2004.

SINOPSE:

Ao longo dun día, Clara, unha muller con tres fillos, tradutora de profesión, debulla a súa andaina vital, as súas ocupacións e os seus desexos. Mentres vai e vén, na ateigada xeira dunha muller do noso tempo, a protagonista reflexiona, nun prolongado monólogo interior, sobre a súa vida e mostra a súa intención de resistirse fronte aos que queren convertela nun tópico. Os puntos de vista dos que se van cruzando con ela ao longo da xornada completan unha visión coral e contribúen a dar valor simbólico a Clara, que é unha muller árbore, desas que crecen enraizadas no chan, ofrecendo as súas pólas aos ventos que sopran: o vento da violencia de xénero, o vento da inestabilidade laboral e das relacións de poder cos superiores ou, sobre todo, o vento da incomunicación entre os seres humanos. Mais tamén, ao acubillo de Clara, coma ao pé de todas as árbores, medran a tenrura, a sensualidade, o amor e os soños.

A AUTORA: TERESA MOURE

Teresa Moure é doutora en Lingüística xeral e exerce a docencia nas Facultades de Filosofía e Filoloxía da Universidade de Santiago de Compostela. É autora das seguintes novelas: A xeira das árbores, Premio Lueiro Rey 2004; Herba moura, Premio Xerais de Novela 2005, Premio Irmandade do Libro á Autora do ano, 2005, Premio da Asociación de Escritores en Lingua Galega 2005, Premio Benito Soto á mellor novela do ano 2005 e Premio da Crítica Española 2005; Benquerida catástrofe e A Casa dos Lucarios. Publicou, ademais, os ensaios Outro idioma é posible, Premio Ramón Piñeiro de Ensaio 2004 e A palabra das fillas de Eva. Obtivo o premio Rafael Dieste 2007 pola súa peza dramática Unha primavera para Aldara. A súa novela Herba moura foi xa traducida a cinco linguas europeas.

ALGUNHAS OPINIÓNS DE LECTORES:

La vida descrita casi al minuto durante veinticuatro horas, no tan sólo sus actividades sino sus pensamientos y organización para llegar a todos los sitios que considera deben formar parte del día a día de la vida de esta atípica familia, y no tanto porque sea una madre con tres hijos, sino por como fue forjada esta prole y sus consecuencias. Además de Clara y los niños, tenemos como espectadores a su jefe, una amiga, su hermana y el monitor de natación que dan otro punto de vista sobre la protagonista y hacen que nos enteremos de algunos detalles más sobre su vida. Es un libro lleno de nostalgia, de lucha, de amor, ternura, abatimiento, de risas, de llantos, de esperas, de llamadas no recibidas, de llamadas recibidas y no queridas, de prisas, de juegos y todo en veinticuatro horas.

Muy, muy recomendable... esta mujer me ha subyugado...

http://dsdmona.blogia.com/2007/091901-la-jornada-de-las-mujeres-arbol.php

¿Por dónde empiezo? Ah, si… veamos:
Llego a casa, y lo primero que hago es curiosamente, seguir leyendo el libro de gallego para estre trimestre, A xeira das árbores. En otros casos lo primero que hubiera hecho sería encender el ordenador, perder el tiempo, seguir desarrollado proyectos sin futuro y así hasta llegar a las nueve de la tarde.

http://www.knithx.net/2006/02/23/confirmado-alla-voy-xgn/


Rematei onte A xeira das árbores de Teresa Moure e non nego que me entretivo, está ben escrito e hai multiplicidade de perspectivas, pero... Non sei por que, ante un discurso tan abertamente feminista sinto unha especie de rexeitamento, quizais porque aprecio máis a sutileza, a suxestión, que que me dean todo tan machucado.
Con A palabra das fillas de Eva, un ensaio da mesma autora, pasoume algo similar, se cadra por ter lido moito sobre o tema e quedar saturada xa hai tempo dese tipo de teorías e análises.

http://gradicela.blogspot.com/2006_01_01_archive.html



6 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre “A xeira das árbores”.

Esta es la típica novela de la que se podría decir eso tan típico de que todo en ella suena a muy “dejà vu” (también es típico que, como ocurre aquí, en estos casos sea muy difícil precisar en qué otros lugares se ha leído algo parecido o igual...).

Sin embargo, la novela es tan obcecada en su representación de estereotipos (personajes, situaciones...), que resulta que es por ahí por donde consigue convencer finalmente. Dicho de otra forma, en principio la novela es una brillante y modélica exposición de todos los tópicos sobre la vida de la mujer de clase media y mediana edad en la sociedad actual. Obviamente, esto es una generalización y una hipótesis: ni todas las mujeres de clase media y mediana edad tienen la misma vida que la protagonista de esta novela ni es seguro que esa haya sido la intención de la autora. Pero el “dejà vu” al que antes me refería y que no sé sabe muy bien de dónde sale, parece respaldar esa hipótesis: hay en la novela como una especie de amalgama de motivos clásicos de reflexión de cierto feminismo (y que, en ocasiones, enlaza directamente con una reflexión machista, que a veces no se sabe bien dónde acaba una y empieza la otra...): la mujer caracterizada como género reflexivo, sentimental y atento a las palabras, frente al hombre impulsivo, egoísta y materialista; la mujer que al final carga con la casa a cuestas como un cuasi omnipotente caracol, que cuida a los hijos, que trabaja, que lo puede todo; la mujer que no por eso tiene que ser una muerma o medio beata, sino una mujer liberada, con piercing incluido y, aun encima, atractiva... En fin, todo eso visto a retazos en novelas, revistas, películas, series de televisión, la vida...

No hay, pues, ni personajes, ni historia, ni situaciones originales. Sin embargo, la novela resulta original por el descaro con el que un material tan conocido es tratado y ensamblado (algo que se consigue, en parte, gracias al excelente dominio del lenguaje del que hace gala la autora). Es tan brillante la digestión que se hace en la novela de todos los tópicos del tema, que al final uno casi tiene la sensación de que el personaje de Clara consigue desembarazarse de esos corsés y aparecer ante el lector como una persona que tiene vida más allá de ellos.

Quizá una segunda lectura de la novela podría corroborar cierta impresión que tengo de que, igual, al final, Teresa Moure lo que ha querido es, precisamente, dinamitar una posible lectura en clave feminista de su novela. Porque ya no se trataría de describir a una mujer con vida interior compleja saturada de múltiples obligaciones sociales que como tal mujer le ha tocado cumplir, sino de sugerir que esa misma impresión de prototipo que se puede tener de Clara no deja de ser más que una construcción social y que ella, al incorporar a su vida con coraje y, lo que es más importante, meditadamente, esas dificultades, termina como individuo por sobrevolar con naturalidad sobre todo ello, rompiendo con la posibilidad de que nadie venga a encasillarla. O sea, nada menos feminista que eso.

Anónimo dijo...

Sobre “El último encuentro”.

Tres aspectos me llaman especialmente la atención en esta novela: uno, la intensidad y perspicacia de la larga reflexión sobre el sentido de la vida que se desarrolla a partir del capítulo 13 como consecuencia de otra sobre el sentido de la amistad; dos, la brillante y detallista, aunque no pormenorizada, narración de los primeros ocho capítulos, hecha a través de una retrospección que facilita la integración de sus datos en la conversación (casi monólogo) que la sigue; y, tres, la conseguida integración de estas dos partes genéricamente tan distintas en un todo muy coherente.

Creo que todo lo anterior es más que suficiente para explicar por qué la novela resulta tan interesante de leer y por qué la impresión final es tan buena, casi de novela perfecta en un sentido técnico de la expresión.

Ahora bien, precisamente porque la novela da esa sensación de perfección, es por lo que el lector puede sentirse tentado de ponerle algunos peros, aunque al final esto no hable sino a favor de la novela, que parece mantener su calidad a pesar de ellos. A mí se me ocurre uno, aunque en realidad terminen por ser dos.

El principal reparo que se le podría poner a la novela es el monopolio que ejerce sobre la historia el punto de vista del general. Dicho de otra forma, aunque el texto intenta recordar al lector que Konrád, aunque pasivo durante el encuentro, confirma la narración y comparte la reflexión del general, no deja de resultar algo frustrante su silencio. Y más cuando explícitamente se niega a responder a una de las preguntas que atormentan al general... ¿Por qué se niega, además? Tengo la sensación de que toda la minuciosa, brillante, racional e incisiva verborrea del general queda aniquilada ante el silencio del amigo. A lo mejor todo es aún más complejo (¿sencillo?) de lo que aquel se cree, algo que parece él mismo atisbar en las últimas palabras que le dirige.

Por otro lado, también resulta opaco el personaje de Krisztina. Como en el caso de Konrád, lo que sabemos de él sólo lo sabemos por el general: no tiene ninguna autonomía más allá de los recuerdos de este. Nada sabemos, pues, de sus motivaciones.

No deja de resultar sorprendente que un alegato tan extraordinario sobre la amistad como el que hace el general, se base en una narración de hechos tan "egoísta" como la suya.

Carmen dijo...

Adoro A xeira das árbores.

O "dejà vu " ese do que fala o noso amigo Carlos, non será talvez un dejà vivín? Eu creo que no relato non se ten tanto a sensación de ser un discurso xa visto e aprendido ao longo da traxectoria lectora dunha persoa, coido que máis ben se recoñece e revive todo o que a autora nos conta porque é verdade, é vida literaturizada o que percorre as páxinas de Teresa Moure. Clara é o espello no que nos podemos mirar moitas mulleres, mesmo diferentes tipos de mulleres . Pensa o que pensamos moitas, o que sentimos moitas, o que sufrimos moitas... un personaxe da vida que chega á literatura e nola interpreta en clave feminina, non é un personaxe que naza na literatura e para a literatura. De aí talvez o dejà vu do que se estaba a falar .
Paréceme unha maxistral pescuda na alma feminina que nos revive e actualiza o xa sentido, o xa pensado , o xa sufrido, o xa perdido , o esperado...

Carmen dijo...

Sobre "A xeira das árbores ".
Adoro A xeira das árbores.

O "dejà vu " ese do que fala o noso amigo Carlos, non será talvez un dejà vivín? Eu creo que no relato non se ten tanto a sensación de ser un discurso xa visto e aprendido ao longo da traxectoria lectora dunha persoa, coido que máis ben se recoñece e revive todo o que a autora nos conta porque é verdade, é vida literaturizada o que percorre as páxinas de Teresa Moure. Clara é o espello no que nos podemos mirar moitas mulleres, mesmo diferentes tipos de mulleres . Pensa o que pensamos moitas, o que sentimos moitas, o que sufrimos moitas... un personaxe da vida que chega á literatura e nola interpreta en clave feminina, non é un personaxe que naza na literatura e para a literatura. De aí talvez o dejà vu do que se estaba a falar .
Paréceme unha maxistral pescuda na alma feminina que nos revive e actualiza o xa sentido, o xa pensado , o xa sufrido, o xa perdido , o esperado...

Anónimo dijo...

Sobre "Götz e Meyer", de David Albahari.

La enésima revisitación al motivo de las atrocidades cometidas contra la población judía (por los orquestados hostigamiento y exterminio de mano de los nazis) ofrece notas de calado dispar. El texto no nos sirve prácticamente nada nuevo, en el desarrollo de unos asuntos que otros muchos (ilustres o aspirantes “a algo”) han maquinado antes; pesado es el lastre no de la necesaria denuncia de sucesos ominosos para vergüenza de muchos, sino de la recurrencia en el reencuentro con lugares comunes. Ni tan siquiera el foco prendido hacia los camiones de exterminio resultan novedad auténtica. La narración procura aportar un aire de agilidad cuando peca a veces de una técnica mecanicista y astutamente diseñada hasta caer en el hartazgo (el mitema cara de ángel-entrañas de demonio, aplicado a los cansinos Götz y Meyer, es revelador). No quiero llevar a engaño, pese a lo dicho, porque el libro es ciertamente bueno por su capacidad de retratar un tema familiar logrando salir airoso. Sólo por ello, su lectura (en muchos ratos inteligente) merece una oportunidad. En suma: el autor disfrutó de una buena beca institucional para que, en su solaz, “fluyesen las palabras”. El resultado es en general provechoso (aunque su consumo nos ceda un sentimiento anquilosado, la frustración ante una posibilidad perdida de decir algo nuevo).
Javier López.

Anónimo dijo...

Por que lle chamaredes feminismo cando queredes dicir "xutiza"?

O.M.A.